Add parallel Print Page Options

Al director musical. Sígase la tonada de «La cierva de la aurora». Salmo de David.

22 ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué te niegas a ayudarme y ni siquiera escuchas mis gemidos? Cada día clamo a ti, mi Dios, pero tú no me respondes; clamo de noche pero no hallo reposo. Pero tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel!

Read full chapter